600 gr pollo en trocitos
2 Pimientos verdes
1/2 cebolla
1 Diente ajo
500 gr tomate triturado
Aceite
Pimienta
Sal
2 Cucharadas postre de Azúcar
Perejil
Pelar la cebolla y picarla finamente.
Si se utilizan tomates frescos, lavarlos bien, quitarles el pedúnculo y cortarlos en trozos.
Triturar el tomate con la batidora y después pasarlo por un colador fino para eliminar restos de pieles y pepitas. Reservar.
Salpimentar los trozos de pollo.
En una sartén u olla, calentar el aceite de oliva.
Cuando esté bien caliente, dorar los trozos de pollo por todos lados.
Retirar el pollo, bajar el fuego y añadir la cebolla picada. Sofreír a fuego medio-bajo unos 8 minutos, hasta que la cebolla esté tierna y ligeramente translúcida. Remover con frecuencia para que la cebolla no se queme.
Agregar el ajo picado, mezclar bien y sofreír un par de minutos más.
Incorporar el vino blanco, mezclar bien y dejar que el alcohol se evapore un par de minutos.
Añadir el caldo de pollo.
Y luego el tomate triturado. Salpimentar.
Reincorporar el pollo dentro de la sartén junto con una hoja de laurel.
Dejar cocer a fuego medio una media hora, hasta que el pollo esté tierno y
la salsa haya espesado.
Y ya está. Para terminar, puedes espolvorear, si lo deseas, con un poco de
perejil fresco picado. ¡Buen provecho!